La APLV corresponde a una respuesta inapropiada del sistema inmunitario frente a dicha proteína, mediada o no por IgE o de naturaleza mixta. Hay casos en los que no es posible confirmar la implicación de un mecanismo inmunológico mediante pruebas complementarias, en los cuales nos debemos basar en la clínica y las pruebas de exclusión y provocación para poder diagnosticar una APLV no mediada por IgE.
Esta puede presentarse de 3 formas distintas: como una proctocolitis alérgica, destacando sangre y mocos en las heces; como una enteropatía inducida por la PLV, que corresponde a una combinación variable de síntomas caracterizada por diarrea crónica, vómitos, distensión abdominal, anorexia y afectación nutricional, o como un síndrome de enterocolitis inducida por proteínas de la dieta (FPIES, food protein-induced enterocolitis syndrome) agudo, que incluye criterios bien establecidos, destacándose como criterio mayor la presencia de vómitos entre 1 y 4 horas después de la ingesta de la PLV y ausencia de síntomas clásicos cutáneos o respiratorios mediados por IgE, y como criterios menores:
• Un segundo o más episodios de vómitos después de ingerir PLV.
• Vómitos repetidos 1-4 horas después de la ingesta de otro alimento.
• Letargia.
• Palidez marcada.
• Necesidad de acudir al Servicio de Urgencias para controlar la reacción adversa.
• Necesidad de soporte de líquidos intravenoso para controlar la reacción adversa.
• Diarrea en las 24 horas siguientes (normalmente 5-10 horas) a la ingesta de PLV.
• Hipotensión.
• Hipotermia (temperatura ≤35 °C).
Nos encontramos ante un caso clínico en el que se plantea la duda de que corresponda a un FPIES agudo, por haber presentado letargia, palidez marcada, necesidad de acudir a Urgencias y de soporte importante de líquidos intravenosos, diarrea y vómitos (en algunos episodios) posteriores a la ingesta de PLV. Sin embargo, no se cumple el criterio mayor, por lo que lo más probable es que se tratara de una enteropatía inducida por PLV, con agravamiento significativo por la situación de riesgo social evidente, algo que suponía un obstáculo para la orientación diagnóstica, por el probable incumplimiento de la dieta y los múltiples factores externos que pueden influir en la presentación clínica. No obstante, se aclara el diagnóstico, al ser evidente la mejoría del paciente con la dieta elemental reglada de estricto cumplimiento durante los ingresos.
En cuanto a las pruebas de provocación con PLV, en los casos graves está establecido que deben realizarse en un centro hospitalario, a diferencia del caso presentado en el que la madre lo introduce por voluntad propia en domicilio.
"Aunque no hubo reaparición de la sintomatología ante la provocación, se considera un caso de APLV resuelta por la evidente mejoría ante la prueba de exclusión."